La insolvencia fingida SI es un delito.
Y además, se trata de uno de los delitos con mayor gravedad que pueden cometerse en el terreno empresarial.
Recibe el nombre de insolvencia fingida, o bien, insolvencia fraudulenta, y se da en los casos en los que el negocio está alcanzando su fin y busca evitar el abono de indemnizaciones y deudas, de forma que puede cerrar sin ser responsables de abonar cuantías económicas a clientes, empleados o a proveedores.
Para llevar a cabo esta acción, la empresa debe enfrentarse a un concurso de acreedores y declararse sin fondos en el mismo, pudiendo recibir una reducción de los costes que debe abonar. Aunque para declararse insolventes deben aportar una serie de pruebas que justifiquen estos hechos, muchos empresarios ocultan documentación y cuentas con el objetivo de situarse en esa opción de bajo coste, a pesar de tener los bienes para suficientes para hacer frente a esa situación concursal.
Contacta con detectives profesionales para detectar fraudes
En el caso de demostrarse que una empresa esta incurriendo en este tipo de actuaciones delictivas, está penado por ley y se califica como delito económico. Para no ser penado, deben existir pruebas fehacientes de una situación de insolvencia.
Si se detectan estas acciones, denunciarlo es clave para que los acreedores puedan cobrar ese dinero que es de su pertenencia. Aunque pueden hacerlo por su cuenta, contar con la ayuda de un profesional que ayude a reunir las pruebas necesarias para el caso puede hacer que perciban esas cuantías mucho antes.
>> Te contamos cómo descubrir una baja laboral fingida en verano
Si este es tu caso, y necesitas contar con la ayuda de detectives privados que investiguen temas de insolvencia fingida, delitos económicos o fraudes fiscales, no dudes en contactar con ADyP, Agencia de Detectives Privados y Peritos en funcionamiento desde el año 2000, formada por profesionales especializados en los ámbitos de investigación privada, pericia caligráfica y grafología.
Sin comentarios